El día en que te degradan de colega de la grupeta a un simple fan

Está pasando y cada vez más. Alguno de tus colegas de la bici, uno de los más pros, de repente un día "cambia" en las redes. Tú no lo has percibido, solo has visto que le va bien y que cada vez tiene más reconocimientos. Pero un día lo piensas y te das cuenta. Ya no estás compartiendo historias y contenidos con un/una colega de grupeta, sino que te has convertido en su fan de redes sociales. Y además, si lo piensas, él se está lucrando gracias a ti.

Influencers de ciclismo

 

Los nuevos influencers de Hacendado

Esto es un blog de ciclismo, pero vamos a hablar un poco de marketing. Porque quien escribe estas líneas es un gran aficionado de lo primero, pero profesional de lo segundo.

Cada vez más, en muchos sectores, y el ciclismo es uno de ellos, muchas marcas apuestan por influencers como un canal más de publicidad e inversión en marca.

Y lo hacen porque está comprobado que, en mayor o menor medida, en la era de las redes sociales, lo que hacen los "influenciadores" tiende a ser imitado por sus legiones de seguidores.

En el caso de ciclismo, hablamos de fabricantes de bicicletas, ruedas, grupos o casi cualquier componente o accesorio, incluso marcas de suplementos nutritivos, de ropa técnica, etc.

Como todo fenómeno novedoso, este ha tenido unos años florecientes, y muchos influencers han hecho dinero, carrera y/o fama, pero también es cierto que la burbuja empieza a llenarse un poco.

Y es que hoy en día encontramos influencers hasta debajo de las piedras. Uno de los síntomas de la saturación de influencers es que ya no solo las grandes marcas, fabricantes o firmas cuentan con ellos, sino que cualquier pequeña empresa puede utilizarlos y muchas de ellas lo hacen.

Pero claro, una pequeña empresa o firma no puede permitirse las condiciones que exige un influencer de primer nivel, por lo que que estas optan por lo que podríamos llamar "influencers de marca blanca".

En el caso del ciclismo, se trataría de ciclistas o ex-ciclistas profesionales, o incluso amateurs, que gozan de una importante cantidad de amigos en sus redes sociales en las que se muestran muy activos.

Algunos de estos "ciclistas" lo buscan desde un primer momento, otros más o menos se lo encuentran. Por supuesto no todos llegan a serlo. Y desde luego, muchos, a pesar de llegar a serlo, no obtienen ni las ganancias ni la fama que ambicionaban. Y es que hoy en día hay mucha competencia, hasta en el mercado de los influencers.

Y es que entre los influencers de marca blanca las ganancias muchas veces son muy discretas. Son muchos los casos en los que no hay compensación económica (por un trabajo que realizan), sino solamente regalos de material de la marca o el fabricante, inscripciones a pruebas más o menos caras o cosas así.

También hay que ver cuánto tiempo dedica en influencer a  la marca, así como cuántas cosas sacrifica por ella.

Porque el influencer, como embajador de la marca, se ve obligado a tener a esta en la cabeza siempre, en cada acto público, lo cual se traduce sobre todo en su papel en la vida digital, las redes sociales.

Para un influencer "profesional", es decir, los que viven de esto, se puede entender, pero para los muchos y crecientes que hay de marca blanca a veces no está tan claro que sea rentable.

No se vea esto como una crítica, ni a las marcas ni a los influencers, sino como una descripción de esta realidad, conocida por muchos, pero no por todos.

De hecho en esta era del Strava y sus métricas, de las mil y una competiciones de todos los niveles con quinientas medallas a repartir, los influencers de marca blanca se encuentran en un cómodo terreno, pues el postureo ciclista está más barato que nunca.

Hacer una burrada de kilómetros (con un pésimo rendimieno), quedar primera fémina (cuando participaban tres), ganar una carrera máster (cuando tú lo que querías es ser profesional), hay retos, premios y lluvia de estrellas, kudos y reconocimiento para todo el que se lo proponga un poco.

 

Antes eras su amigo, ahora eres su fan, y no te habías dado ni cuenta

Está ocurriendo todos los días, y seguramente a ti te ha pasado incluso más de una vez.

Un compañero/a de grupeta, más o menos amig@, con el que comentabas cualquier cosa de vuestra afición común: esa salida del domingo, su buen puesto en una carrera, la salida entre semana y el café, la pájara que se cogió Fulanito o el ataque mortal de Menganito.

Pero esa antes. Desde hace un tiempo parece que aquí ya solo comentas tú. De hecho, mientras al principio se generaba una conversación en los comentarios, luego fue perdiendo fuelle, y ahora apenas recibes un like.

Decir a alguien que ya no te hace caso como antes o que está cambiando, porque "le va muy bien" no es algo cómodo, ni que la otra parte suela encajar bien. Así que muchas veces te resignas a darle una voz de ánimo, pero ya no es tan personal.

Quizás tenías la suficiente confianza y le preguntas, pero ya sabías que te iba a decir que está un poco desbordado con las redes y que no quiere que le quiten tanto tiempo.

Pues si te dice esto, te está tomando el pelo.

El día en que empiezas a ver muchas almohadillas y arrobas en sus publicaciones, y algunas de estas son de marcas, equipos, fabricantes o similares, es que tu colega se ha vuelto influencer de Hacendado.

Como explicábamos, alguna empresa o club le está empezando a ofrecer algo, y ahora él o ella se debe a esa marca. Igual es dinero, igual es material, o cualquier ventaja o regalo, pero está claro que hay acuerdo y hay un lucro de por medio.

Desde ese momento, tu colega está centrado o centrada en el rendimiento que obtiene como embajador de la marca. Es decir, ya no le importa tanto esa conversación, sino hacerte ver que la marca que representa es la que te conviene.

Desde luego nunca te va a dar la espalda, y de vez en cuando te hará una gracia, en persona o en las redes, porque se debe a público, a sus fans. Es en lo que te has convertido.

Y aunque te niegues a creerlo es así, al menos en el 99% de los casos. Y si no es como te comentamos, solo debes darle un poco más de tiempo.

Y por favor que nadie se indigne. Esto no se trata de buenas o malas personas. Se trata de que cada uno mira por sus intereses. Y que a algunos, que suelen ser obviamente "de los que andan" están en esto buscando exprimir al máximo su experiencia, o quizás buscando ese reconocimiento de las masas, o mejor aún, ambas cosas, por qué no. Y cuando esas son tus prioridades, es a lo que te debes. Hay sitio para lo demás, pero no con la misma intensidad. Así que, asúmelo, ya no eres su colega, eres su fan.

Ya para acabar, y a sabiendas de que esto no va a sentar bien ni ofensores ni a ofendidos (curioso lo segundo, las personas estafadas tienen a no reconocerlo o justificarlo), guárdense bien los lectores ciclistas de medir sus palabras antes de hablar en caliente, porque es de todos sabido que en caliente se dicen muchas tonterías, que luego se vuelven en contra de uno mismo.

Quien escribe estas líneas, la verdad, no es demasiado fan de nadie, y prefieres repartir su tiempo y likes entre los más humildes y honrados que, por qué no, también incluyen algún influencer, pero cierto que por falta de tiempo y ganas exlcuyen a mucho influencer, que tendrá que conseguir sus premios con los likes de otros.

Y tú, ¿a quién le das like?

 

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